Por @Lisbeth Talledo
El Ministerio de Agricultura hizo llegar al Legislativo su opinión frente a las propuestas que tienen por objetivo frenar la expansión de grandes propiedades. No ha presentado una propuesta propia, pero el MINAG envió al Congreso su opinión frente a los dos proyectos de ley que intentan crear límites a la tenencia de la tierra. Debido a esto, el presidente de la Comisión Agraria, José León, afirmó que dentro de las próximas dos semanas se tendrá listo y aprobado un dictamen en su grupo de trabajo.
Antes de tomar una postura ante este tema, es necesario saber que la extensión actual de terrenos con áreas potencialmente agrícolas representa el 6% del territorio nacional y que el sector agrícola representa el 7.5% del PBI, con crecimientos anuales de 3% – 5% en los últimos años.
Por otro lado, en la última década el sector agricultura mostró un crecimiento mayor al 50%, y gracias a la gran diversidad de productos que tiene el Perú, los productos agrícolas pasaron de 52 mercados a cerca de 150, lo que permitió la exportación de 309 productos.
El tema fue nuevamente tratado cuando una empresa de productos lácteos adquirió 15, mil 600 hectáreas en el proyecto Olmos, llegando a tener 80 mil hectáreas. Casos como este se repiten todo el país , donde los grupos de poder económico poseen miles de hectáreas en zonas muy productivas y continúan expandiéndose; por lo que un total de 34 empresas poseen 225 mil 657 hectáreas.
Por un lado tenemos la ley que limita la propiedad de las tierras y hace que el sector pierda competitividad y del otro lado tenemos el minifundio que representa la débil articulación para acceder al mercado, baja productividad, costos de producción altos, etc. Cabe resaltar que los minifundistas ( pequeños productores) se resisten a las asociaciones y utilizan una tecnología tradicional.
Entonces, ¿a quién favorecer? Lo que tiene que hacer el Estado es encontrar un equilibro entre la gran inversión y la pequeña y mediana agricultura, sobre todo porque no hay mucha tierra disponible para cultivar, ya sabemos que solo tenemos un 6% de terreno que sirve para la agricultura, definitivamente la extensión es mínima.
La concentración de tierra en pocas manos genera un modelo económico que repercute negativamente en la calidad de vida de la población rural, genera el poder de control en los precios, lo cual perjudicaría al consumidor final, porque se pierde el principio de competencia.
Para algunos estudiosos de organismos internacionales como la FAO, el Perú debería trabajar en el incentivo del desarrollo de los pequeños y medianos productores y dotarlos de conocimientos y tecnología.
Una tarea por trabajar es el tema de la asociatividad, que le permita acceder a mercados, con una mayor producción y a precios competitivos. No se trata de favorecer a los grupos de poder económico para promover como ellos dicen la “competitividad”, sino de potencializar y fortalecer a los pequeños agricultores para volverlos más competitivos, así estaríamos hablando de inclusión, aquella que fue la bandera de un candidato al sillón presidencial y que ahora calla esperando los resultados del censo agropecuario (enero de 2013) para recién hablar ´fuerte y claro´ en favor de los campesinos peruanos.