Lima disfrutará una gran producción operística

Elisabete Matos será Turandot

Luego de la exitosa presentación de Don Carlo, organizada por la Asociación Festival Internacional de Ópera Alejandro Granda, Lima podrá disfrutar de una nueva gran producción, esta vez a cargo de Romanza y la Universidad de San Martín de Porres.

En conferencia de prensa, el presidente de la Asociación Romanza, Enrique Bernales Ballesteros, destacó y agradeció el interés de la Universidad de San Martín de Porres que apostó este año por organizar Turandot para celebrar el 50 aniversario de su fundación, así como lo hizo hace 10 años con la presentación de Aida, de Giuseppe Verdi, en la Huaca Pucllana.

Por otro lado, Bernales se refirió también al apoyo que ha ofrecido el Ministerio de Cultura al ceder las salas de ensayo. Y es que esta es la primera vez que se juntará a las cuatro agrupaciones más importantes del país (Coro Nacional, Coro de Niños, Orquesta Sinfónica Nacional y Ballet Nacional), para una ópera de grandes magnitudes como esta.

En declaraciones exclusivas para Prensa Binaria el titular de Emilima, Carlos Castillo, manifestó su interés de ceder los espacios administrados por esta entidad a diversas manifestaciones artísticas. “La alcaldesa Susana Villarán ha centrado una de sus actividades principales en la cultura. A nosotros nos parece estupendo ofrecer un espacio como este para no hacer solo una ópera sino todo un ciclo, esperemos que próximamente se realicen más obras”, aseveró.

El reparto

Turandot es la última ópera compuesta por Giacomo Puccini y, en cierto modo, constituye el final de la lírica tradicional para dar paso a los innovadores compositores del siglo XX. Esta obra fue estrenada de manera póstuma en 1926 luego de que su discípulo, Franco Alfano, la completara tras la muerte del también creador de Tosca en el año 1924.

El reparto de la producción de Romanza lo encabeza la soprano Elisabete Matos, considerada una de las mejores Turandot de nuestros tiempos. Por su parte, el tenor ruso Sergey Nayda interpretará a Calaf, el príncipe desconocido que luchará por el amor de la princesa china que da nombre a la obra. Completan el reparto la soprano Miki Mori como Liu, el bajo Rubén Amoretti como Timur, el argentino Norberto Marcos como Ping, el chileno Mauricio Miranda como Pong y el peruano Wilson Hidalgo como Pang.

La dirección de orquesta está a cargo del maestro argentino Carlos Vieu y la regia fue encargada al español Jaime Martorell, quien trae una producción realizada por él mismo hace algunos años en Roma.

Poster Turandot (Fuente: Romanza)

TURANDOT
Ópera en 3 actos de Giacomo Puccini 

Elisabete Matos
Sergey Nayda
Miki Mori
Rubén Amoretti

Orquesta Sinfónica Nacional
Coro Nacional del Perú
Coro Nacional de Niños del Perú
Ballet Nacional del Perú

Director: Carlos Vieu
Regia: Jaime Martorell

Parque de La Reserva – Lima.
Ingreso por las puertas 2 y 4

7, 10, 12 y 14 de junio
7:30 p.m. 

Regresa el Outfest Perú

Por  @Lisbeth Talledo

El cine es un arte hecho para todos, muestra de ello es que este 2012 el festival de cine homosexual más grande del mundo, el ´San Francisco Fest´, cumple 35 años de creación. A pesar de haber sufrido múltiples objeciones ante su realización, este gran evento se posicionó en la comunidad americana como una de las principales vitrinas de nuevos directores quienes encontraban en la temática gay, la forma de saltar a la fama.

El Outfest proyectará películas de temática lésbica con contenido educativo y social.

Pero este no es el único espacio donde se pueden disfrutar películas de este tipo, pues existen otros 116 festivales LGTB (lesbianas, gays, transexuales y bisexuales) en 32 países alrededor del mundo. La lista es encabezada por Estados Unidos donde se realizan 35 filmes; en Francia, 17; y en España, 10.

En los países de Latinoamérica, aunque no está muy arraigado ni difundido, también se realizan este tipo de festivales, los cuales son organizados por las comunidades LGTB de cada zona. Uno de estos países es el Perú donde, en el marco del ´Día del Orgullo Gay´, se realiza el ´Festival Internacional de Cine LGTB´, también conocido como Outfest Perú.

Este festival nació hace nueve años, aunque en un primer momento no tenía una gran aceptación empezó a posicionarse en los años siguientes, debido a la calidad de cortos, documentales y largometrajes con temática homosexual que se exhiben, los cuales han sido premiados en sus países de origen y que, después de una votación vía internet son integrados en la ´gran carabana´ para ser disfrutados por las comunidades de todo el mundo.

Este año, la cita comienza el 19 de junio y se extiende hasta el 31 del mismo mes. En estos días podremos disfrutar del cine independiente LGTB en el Centro Cultural España y el Teatro Julieta.

En el año 2011, el Outfest Perú deleitó a todos los que gustan del cine ´gay friendly´ con 22 cortos 8 documentales y 7 largometrajes que se proyectaron en el Teatro Julieta, el Centro Cultural España y en el local del Movimiento Homosexual de Lima (MHOL). Cabe resaltar que la versión 2011 del Outfest contó con el apoyo de la Universidad Cayetano Heredia y las ONG´s Impacta y Promsex lo que le dio el realce respectivo.

La película peruana Contracorriente fue una de las más aclamadas en el Outfest 2011.

Para el Sr. Rolando Salazar, principal representante y coordinador de este festival, el encuentro que se da entre las películas LGTB de cada país y las diferencias sociales que se expresan en cada film enriquece la cultura de los visitantes, pues muchos de ellos no tienen la oportunidad de ´vivir ´la realidad de esos lugares tan lejanos.

“Nosotros exhibimos películas que te den ganas de apostar por lo que eres. Tiene que ser resorte para que actúes, no para que te quedes aplastado en tu butaca de cine, queremos activar algo en ti, activar el activismo, el cine es una herramienta de cambio y tiene que prender ese bicho en el público. Películas que te deprimen por ser gay, esas películas han llegado y no las hemos pasado. Obviamente películas que son críticas a lo que son gays sí las hemos pasado, es bueno pasar diferentes miradas, de la promiscuidad, del sexo, del desamor. Todas esas miradas tienen que haber porque finalmente son ciertas”, comenta.

Finalmente, aún no se da la lista de películas que se proyectarán en esta IX edición del Outfest; sin embargo, se tiene muchas expectativas puesto que en el 2011, el festival fue catalogado como un éxito.

Godard en 3D

Jean Luc Godard grabará su nueva cinta en 3D

Jean-Luc Godard es uno de los más innovadores cineastas de la historia. El influyente miembro de la Nouvelle vague, calificativo otorgado a una corriente de creadores de finales de la década del 50 que reaccionaron contra las estructuras del cine francés de la época, promete a sus 81 años una nueva película y esta vez utilizará la tecnología 3D.

El largometraje se llamará Adieu au Langage (Adiós al lenguaje) y según anunció la productora, Wild Bunch, el francés aprovechará las nuevas tecnologías para filmar su película en 3D. La razón principal es porque utilizando estos recursos, explica Godard, entra a un mundo aún sin reglas en el que puede experimentar.

Esta  decisión, sin duda, ha impactado a muchos aficionados al cine, sobre todo a los amantes de la obra del maestro francés, ya que la calidad de su arte ha radicado siempre en su experimentación en el montaje. Son estos cinéfilos quienes consideran a las producciones fílmicas como un arte más que como un producto industrial de ‘ver y desechar’. Por ello, toman un poco decepcionados su decisión.

Godard, sin embargo, es un director netamente experimental. Aunque ya había anunciado en una entrevista que “el cine se ha terminado” y que “es muy triste que nadie esté explorándolo” aparece el francés para dar su aporte a las tres dimensiones, tal como ya han probado los maestros Martin Scorsese (Hugo) y Werner Herzog (Cave of Forgotten Dreams), entre otros.

Además de la tercera dimensión, Adieu au Langage tiene otras novedades que llaman la atención, de las cuales el mismo Godard habló en algunas entrevistas realizadas el 2011. El guion de la película cuenta la historia de una pareja que ya no puede más con su relación y, en consecuencia, dejan de hablar. Es cuando la mascota de ambos, un perro, empieza a hablar y ve la forma de mejorar la relación.

Si bien el anuncio de Wild Bunch ha dado que hablar, los cinéfilos no deberían dudar de la maestría de Godard para enfrentar la tercera dimensión, sobre todo en esta tecnología que, por su poca explotación, es un campo libre para explorar e innovar.

Entre la cultura del arte y las manifestaciones masivas

Cada vez más, Lima se está convirtiendo en una de las capitales importantes de la región a nivel cultural, básicamente en oferta, puesto que productores, asociaciones y empresas privadas ven la forma de invertir en nuestra ciudad para traer grandes espectáculos y propuestas novedosas ‘a la europea’. Una de estas fue La Noche en Blanco, un evento en donde la gente pudo acercarse al arte de manera sencilla, gratuita y también un tanto fugaz.  Nuestra ciudad se convierte así, y desde el 2008, en la primera ciudad fuera de Europa en hacer su propia Noche en Blanco.

En contra de este evento, el sábado por la tarde aparecieron algunos chistes sobre lo que iba a suceder por la noche, uno de ellos decía “Ay sí, me voy a la Noche en Blanco y el resto del año no piso un museo ni por error”. Y aunque la broma suene pesada o resentida, invita a la reflexión sobre el consumo de arte en nuestro país… o nuestra ciudad, para delimitar más la situación.

Ya lo advierte -un tanto apocalíptico- Vargas Llosa con su Civilización del Espectáculo, y no aplicándolo a un plano nacional sino mundial: estamos en un momento en que mayor importancia tiene lo vulgar y bajo frente a la comprensión, aceptación o sencillamente la curiosidad por el arte y la cultura. Y lamentablemente el Perú, tras los catastróficos diez años de televisión basura entre 1990 y 2000, la situación no ha cambiado casi 20 años después.

A todo esto, hay que agregarle el lamentable sentimiento de inferioridad que se mantiene en muchas personas del país, enraizados en doctrinas retrógradas o por simple desconocimiento que los hace mantener un rencor post-colonial y les impide encontrar la identidad propia y el amor a la cultura, lo que deriva, posteriormente, en una alienación hacia lo extranjero.

Y no se está hablando aquí de la creación artística sino -citando a Umberto Eco- “del modo de disfrutarlo” (esto es una tendencia mundial). Por ello, la gente recibe y acepta el arte, pero no lo asimila como debiera ser.

Ante lo dicho, no hay que gastar energías reflexionando por qué se hizo o no una Noche en Blanco y por qué se cerró o no el tráfico en la ciudad, sino en cuánto sabemos y cuánto estamos dispuestos a conocer de la cultura del arte. Si bien la televisión no nos ayuda, el Estado muchas veces se muestra reacio en financiar al arte y las grandes empresas invierten su dinero en negocios más ‘rentables’, solo queda en cada uno dedicarle un poco más de tiempo a las manifestaciones que son capaces de explicarnos sobre nuestra esencia, sobre nuestra naturaleza humana. De este modo, la gente tendría una perspectiva más crítica frente a lo que un artista le presenta, aunque para ello también debe ampliar su bagaje viendo, tocando y escuchando.

El punto positivo de todo es que, más que antes, nuestro país parece mostrarse interesado en la cultura. Esperamos que esto no quede simplemente en el consumo.

Don Carlo en Lima: Gracias, Festival Granda

El Festival Internacional de Ópera Alejandro Granda, desde su primera edición, se ha caracterizado por traer elencos de calidad para sus espectáculos líricos; no obstante, este año superaron su propia valla y presentaron un Don Carlo de alto nivel que ha dejado huella en los asistentes a estas funciones y en la historia de la cultura peruana.

Uno de los grandes enigmas de la historia del siglo XVI es la llamada ‘leyenda negra’ que rodea al infante Carlos y a Felipe II de Habsburgo, su padre y rey de España. Si bien es cierto la vida  de ambos personajes y el contexto en el que vivieron, lleno de conflictos políticos y religiosos es más complejo de lo que se presenta en la tragedia de Schiller y, por consecuencia, en la obra de Verdi, ambos artistas mostraron su concepción de los hechos y, por qué no decirlo, especularon -con las ventajas que le da la ficción- sobre la muerte del que pudo ser sucesor de Felipe. De hecho el genio de Busetto deja el final abierto sobre lo que sucede con Carlo, comparándolo principalmente con la tragedia que escribió el dramaturgo alemán.

Tratando propiamente la obra, Don Carlo es una de las óperas más densas y ‘oscuras’ del compositor, sin que esto desluzca la maravilla de su música vocal y orquestal, en la que Verdi, como siempre, sabe armar completamente el perfil de cada uno de los seis personajes principales.

Vale indicar que también es uno de los trabajos verdianos con más versiones, tanto antes del estreno en la primera versión de 5 actos Ópera de París en 1867 como en la italiana de cuatro actos revisada y estrenada en La Scala de Milán en 1884. Esta última versión fue presentada en el Festival que se comenta aquí.

Además, los cambios no se dieron únicamente en el tema de cortes de la ópera por cuestiones de tiempo, sino que, por ejemplo, Eboli fue planteada incialmente para la contralto Rosine Bloch, hasta que por unos cambios tuvo que transponer la línea vocal del personaje para que pueda ser cantado por una soprano de gran extensión como Pauline Guéymard-Lauters, quien fue además la primera Leonora en la versión francesa de Il Trovatore, de ahí la gran dificultad del personaje para las mezzosopranos actuales.

Por todo esto, conseguir un elenco adecuado y parejo, así como construir una producción que evite el tedio en el nuevo espectador es reto de toda compañía que asuma realizarla, y el Festival Granda ha demostrado el valor para hacerla. Sobre todo en un país en el que se está retomando después de muchos años una afición a la lírica y que además está ganando nuevos adeptos, sobre todo jóvenes, que necesitan escuchar, ver y sentir la ópera.

La última función de Don Carlo, realizada el domingo pasado,fue un éxito completo y no me refiero al teatro lleno ni a la respuesta del público -que eso lo trataré luego-, sino a la calidad de trabajo realizado por los artistas. Así, el Festival de Ópera Alejandro Granda reunió a Giuseppe Filianoti, Radostina Nikolaeva, Daniela Barcellona, Ildar Abdrazakov, Marco Caria y Marco Spotti, todos ellos dirigidos por el maestroEugene Kohn.

En esta presentación, Filianoti ofreció el Carlo romántico y rebelde que plantea Verdi en su personaje. Con un agradable fraseo, el tenor aprovecha el único momento que tiene solo con el público para demostrar toda su capacidad y su canto ‘a la italiana’, que tanto gusta a los aficionados.

Por su parte, Radostina Nikolaeva logra demostrar con su interpretación vocal lo compleja que resulta Elisabetta, una heroína verdiana que por cumplir con su pueblo es capaz de sacrificar el amor. Y es que la soprano búlgara marca muy bien los acentos e intenciones, por ejemplo, en el encuentro con Carlos en la segunda escena del primer acto, en que rechaza la nueva declaración de amor del príncipe hacia ella y, aunque por un momento parece conmoverse ante la desesperación de su antiguo prometido, retoma su dureza.

Su momento más intenso, como era de esperarse, fue el inicio del último acto con su aria Tu che le vanita, en la que canta una conmovedora plegaria y recuerda su amor por el hijo de Felipe II y, nuevamente, demuestra la capacidad para cumplir como reina y como esposa, más que como mujer enamorada.

De todos, Ildar Abdrazakov fue el punto más alto de este Festival. Apoyado en la dirección escénica del argentinoAlejandro Chacón, el bajo ruso logró una adecuada interpretación vocal y actoral del rey Felipe II, el padre del infante Carlos. Para el cantante, las presentaciones de esta ópera en nuestra ciudad significaron su debut con el personaje mencionado y no solo vale decir que cumplió su trabajo, sino que superó las expectativas.

Abdrazakov logra encarnar a un Rey duro ante el pueblo para luego, en la intimidad, expresar sus sentimientos más profundos, su frustración como padre y como esposo, sus debilidades humanas que hacen de Felipe II un personaje solo, abatido e incluso monstruoso, al planear la muerte de su hijo. Así, su primera aparición en la ópera (Perché qui sola è la Regina?) es ya una especie de demostración de lo déspota que podía ser frente a los demás, mientras que en su aria Ella giammai m’amò!, el bajo matiza su interpretación entre el delirio y el fracaso.

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Daniela Barcellona también fue otra cantante que debutó un nuevo personaje en este festival: la Princesa de Éboli. Un rol que, por lo explicado anteriormente, solo asumen algunas valientes mezzosopranos y otras quizá un tanto atrevidas que lo intentan pero no lo logran a cabalidad. Barcellona hace una Éboli más que destacable, aunque su primera aparición es un poco tosca si la comparamos con otras mezzosopranos que aprovechan ese momento para demostrar su agilidad vocal.

Sus intervenciones sucesivas son mucho mejores, sobre todo en el terceto en el que demuestra una furia comparable quizá a la de la celosa Amneris (en Aída, del mismo compositor). Por último, cierra su participación en la ópera satisfactoriamente con una gran interpretación de O don fatale, en la que a pesar del esfuerzo que demanda este momento es capaz de marcar con claridad la intención de estas tres partes: su arrepentimiento por haber traicionado a la Reina (Ahimè! Più non vedrò, mo, più mai la Regina!), el rechazo por su frivolidad y belleza (primera parte de su aria) y el gran final en el que descubre que Carlos está sentenciado a muerte y se promete ayudarlo.

Marco Caria, por su parte, interpretó a Rodrigo, mejor amigo de Carlo. El barítono italiano cantó con mucha elegancia sus páginas, pero también sabiendo en qué momento romper la belleza de su canto para marcar ciertas intenciones, como sucede en el dueto con Felipe. Una correcta  interpretación de Rodrigo (o Posa) es de suma importancia ya que este rol sirve de nexo entre los demás personajes para que pueda tejerse la historia. Habría que seguirle los pasos para conocer más y ver el desarrollo de este joven cantante italiano.

Finalmente, Marco Spotti logró hacer un Gran Inquisidor tirano, valga la redundancia, que cumplió con las profundidades vocales y oscuridad que le exige Verdi al personaje. El bajo aprovechó muy bien su momento con Filippo II al punto de ser ovacionado al final de la ópera.

Los personajes secundarios cumplieron acertadamentelogrando ensamblarse con los protagonistas, como en el caso de Rosa Parodi (Tebaldo) en su intervención con Daniela Barcellona (Eboli).

Destacable la participación del Coro Nacional del Perú con sus correctas interpretaciones, sobre todo en el Auto de Fe, gran final del acto II, y en la escena de la insurrección.

Correctísima la dirección del maestro Eugene Kohn, quien logró resaltar con la orquesta los matices tan ricos de esta ópera verdiana y también aprovechó para que los pocos momentos instrumentales de esta obra sean realmente una delicia para el oído.

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Mención aparte requiere la producción de la Ópera de Colombia traída este año para el Festival Granda que mezcló una escenografía no muy tradicional, pero efectiva, creada porNicolás Boni y la dirección escénica de Alejandro Chacón, que mantuvo completamente la atención en los espectadores e incluso haciendo entendible ciertos momentos de la obra que no se ven en otras puestas en escena y quedan a interpretación del público. Adecuada la iluminación de Caetano Vilela aunque pudo ajustarse en ciertas partes de la obra en que la oscuridad, sumada al denso humo que soltaban por momentos impedían la visibilidad.

Y el público tuvo la reacción natural que tendría un gran grupo de espectadores en Nueva York, MIlán u otra ciudad con cultura operística, pero en miniatura: ovación total en la noche final del Festival Granda y diez minutos de aplausos para todos al culminar la ópera.

Era de esperarse: una producción de tan alto nivel, como nos tiene acostumbrado el equipo del Festival Granda que, según algunos aficionados asistentes, no se ha visto en 50 años en Lima. De hecho, este evento ha marcado un hito y una valla para bien de nuestra cultura lírica nacional. Estamos convencidos de que este será un referente y un reto a superar en las próximas ediciones. Por ahora solo queda agradecer el habernos dado la oportunidad de tener en Lima un espectáculo tan bien logrado. Gracias, Festival Granda.