Por @Lisbeth Talledo
El maltrato a las mujeres en nuestro país es cosa de todos los días. Es como si fuera parte de la cultura, como una herencia que sin darnos cuenta alimentamos y dejamos que forme parte de las nuevas generaciones.
Este tipo de violencia no es propia de los ´estratos bajos´, es como el cáncer que no respeta la condición social, el nivel educativo o las maneras de pensar. Es una situación que simplemente llega y mina la autoestima de las mujeres, a tal punto que creen vivir algo ´normal´. Algo que merecen.
Cuando una mujer se deja maltratar, tanto psicológica como físicamente, es porque ha perdido su autoestima, no se siente capaz de enfrentar el problema y empieza a sentir que está sola. Se obliga a sí misma a sonreír para ocultar lo que sufre y siempre piensa que su agresor la ama.
En los casos más extremos, la mujer termina siendo víctima de feminicidio. Recordemos el asesinato de una madre de tres niños en manos de su ex pareja, un joven de 18 años. Él la golpeó hasta dejarla inconsciente, roció gasolina en su cuerpo y la prendió a lo bonzo. Luego, la cargó y echó su cuerpo al vacío desde un tercer piso. Después de 4 días de agonía murió.
Al respecto, son muchas las campañas que se vienen desarrollando para evitar este problema; pero, debemos admitir que no logran el impacto deseado. He ahí la importancia de la prevención, y lo sabemos, “más vale prevenir que lamentar”.
Para la Dra. María Elena Vivanco, jefa del Departamento de Consulta Externa del Hospital Víctor Larco Herrera, es el fortalecimiento de la autoestima en las niñas, la mejor manera de evitar que cuando sean adultas acepten ser víctimas de cualquier tipo de maltrato por parte de sus parejas.
“Criar mujeres fuertes y empoderadas es lo más importante, los padres deben enfocarse en su crianza, y hacer que ellas tomen conciencia de sus fortalezas para que en el futuro elijan parejas emocionalmente estables y lleven relaciones sanas”, sostuvo la especialista.
Por otro lado, afirmó que en nuestro país, las mujeres llegan a ser dependientes; además, son víctimas del ‘machismo’ de sus familias; pero, si se les empoderara desde la niñez, la menor sabría de sus fortalezas y debilidades, así podría conducirse mejor en la vida sin tener miedo a fracasar, confiando en sus potencialidades.
Otro punto importante es que los padres y madres deben ser un buen ejemplo. ¨Las niñas y niños deben ser testigos de que en la relación de sus padres, el poder lo ejercen mamá y papá y no solo uno de los dos, porque ellos copian o aprenden el rol asumido por sus progenitores, para luego replicarlo, de manera inconsciente, cuando son adultos¨, manifestó la especialista.
Finalmente, dijo que es muy importante el respeto en una relación y que ninguna de las dos partes expresen sus emociones sin control. “Las mejores relaciones son aquellas que tienen acuerdos, negociaciones y límites. Son esas las que duran muchos años”, puntualizó.