La autoestima: clave para desterrar la violencia contra la mujer

Por @Lisbeth Talledo

El maltrato a las mujeres en nuestro país es cosa de todos los días. Es como si fuera parte de la cultura, como una herencia que sin darnos cuenta alimentamos y dejamos que forme parte de las nuevas generaciones.

Este tipo de violencia no es propia de los ´estratos bajos´, es como el cáncer que no respeta la condición social, el nivel educativo o las maneras de pensar. Es una situación que simplemente llega y mina la autoestima de las mujeres, a tal punto que creen vivir algo ´normal´. Algo que  merecen.

Cuando una mujer se deja maltratar, tanto psicológica como físicamente, es porque ha perdido su autoestima, no se siente capaz de enfrentar el problema y empieza a sentir que está sola. Se obliga  a sí misma a sonreír para ocultar lo que sufre y siempre piensa que su agresor la ama.

El silencio es el camino que muchas mujeres toman cuando sufren violencia.
Foto: Wikipedia

En los casos más extremos, la mujer termina siendo víctima de feminicidio. Recordemos el asesinato de una madre de tres niños en manos de su ex pareja, un joven de 18 años. Él la golpeó hasta dejarla inconsciente, roció gasolina en su cuerpo y la prendió a lo bonzo. Luego, la cargó y echó su cuerpo al vacío desde un tercer piso. Después de 4 días de agonía murió.

Al respecto, son muchas las campañas que se vienen desarrollando para evitar este problema; pero, debemos admitir que no logran el impacto deseado. He ahí la importancia de la prevención, y lo sabemos, “más vale prevenir que lamentar”.

Para la Dra. María Elena Vivanco, jefa del Departamento de Consulta Externa del Hospital Víctor Larco Herrera, es el fortalecimiento de la autoestima en las niñas, la mejor manera de evitar que cuando sean adultas acepten ser víctimas de cualquier tipo de maltrato por parte de sus parejas.

“Criar mujeres fuertes y empoderadas es lo más importante, los padres deben enfocarse en su crianza, y hacer que ellas tomen conciencia de sus fortalezas para que en el futuro elijan parejas emocionalmente estables y lleven relaciones sanas”, sostuvo la especialista.

Por otro lado, afirmó que en nuestro país, las mujeres llegan a ser dependientes; además, son víctimas del ‘machismo’ de sus familias; pero, si se les empoderara desde la niñez, la menor sabría de sus fortalezas y debilidades, así  podría conducirse mejor en la vida sin tener miedo a fracasar, confiando en sus potencialidades.

El maltrato a la mujer marca a los hijos y los sumerge en depresión.
Foto: Reflexiones diarias

Otro punto importante es que los padres y madres deben ser un buen ejemplo. ¨Las niñas y niños deben ser testigos de que en la relación de sus padres, el poder lo ejercen mamá y papá y no solo uno de los dos, porque ellos copian o aprenden el rol asumido por sus progenitores, para luego replicarlo, de manera inconsciente, cuando son adultos¨, manifestó la especialista.

Finalmente, dijo que es muy importante el respeto en una relación y que ninguna de las dos partes expresen sus emociones sin control. “Las mejores relaciones son aquellas que tienen acuerdos, negociaciones y límites. Son esas las que duran muchos años”, puntualizó.

Alfabetización financiera, una nueva alternativa para el desarrollo rural

Mujeres campesinas tienen acceso a servicios financieros.
Foto: AGRO RURAL

Por @ Lisbeth Talledo

Según datos que brindó el Ministerio de Economía y Finanzas existen  4,78 millones de peruanos en situación de pobreza extrema, esto equivale al 16% del total de la población peruana. Asimismo, los informes de instituciones como el INEI y el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables indican que son las mujeres y los niños, quienes más sufren las consecuencias de esta situación; ya que, son poco o nada considerados en los planes de desarrollo social de sus comunidades.

Ese es el contexto de la aparición y continuidad de los programas sociales que apoyan a las familias dedicadas principalmente a la agricultura y ganadería de subsistencia, actividades que no les permiten acceder a los servicios básicos de alimentación, salud y educación.

Un ejemplo de éstos es el Programa JUNTOS, el cual, cada dos meses, entrega a las mujeres de las zonas más deprimidas del país S/.200 Nuevos Soles. Sin embargo, con este proyecto nacieron dos preguntas: ¿El Estado Peruano brindaría a estas familias la ayuda monetaria siempre?, ¿Acaso eso no las volvería dependientes y disminuiría su capacidad de enfrentar la realidad con sus propias armas?

Mujeres con su primera tarjeta del Banco de la Nación.
Foto: AGRO RURAL

En medio de esta gran discusión, instituciones públicas como el Ministerio de Agricultura, a través del Programa de Desarrollo Productivo Agrario Rural – AGRO RURAL  y el Banco de la Nación, con el apoyo de organizaciones internacionales como CARE idearon la manera de que las madres de JUNTOS utilizaran mejor el dinero y dejaran la dependencia del Estado. Les enseñarían a ahorrar y a hacer crecer su dinero, las madres campesinas tendrían la oportunidad de invertir y ‘guardar pan para mayo’, todo era cuestión de educación.

Así nace la alternativa de la alfabetización financiera como una clave para el desarrollo rural inclusivo. JUNTOS entregaría el dinero a las mujeres de la familia, y ellas lo usarían para ahorrar en una institución financiera y acceder a microcréditos y microseguros de vida. Ya no habría espacio para el ahorro traducido en animales y cosechas o guardar el dinero debajo del colchón, ahora era tiempo de usar una tarjeta de débito y visitar el banco cada vez que exista alguna cantidad, grande o pequeña, para poner en su cuenta.

El objetivo de esta iniciativa puesta en marcha por AGRO RURAL es promover servicios financieros inclusivos en poblaciones rurales, apoyar la implementación de una cultura de inclusión financiera en el ámbito rural, y la puesta en valor del capital humano. Si una mujer quiere una cuenta en el banco tiene que tramitar su DNI, así su ciudadanía está garantizada; además, será sujeto de capacitaciones constantes que impulsarán su empoderamiento y cultura. Se revalorizará la importancia de la mujer en la familia pues es la que maneja los ahorros e invierte en actividades productivas.

Las mujeres rurales ahora pueden visitar diariamente la entidad financiera.
Foto: AGRO RURAL

Los productos financieros promovidos han sido adecuados a las características, costumbres y condiciones de las poblaciones rurales objetivo, porque la alfabetización financiera pretende enfrentar el problema de la diversidad de las poblaciones del ámbito rural, y se orienta a la inclusión no a la integración. Porque mientras esta última significaría forzar a los ciudadanos rurales a adaptarse al sistema preexistente; la inclusión hace que el sistema se adapte a la diversidad de personas.

La alfabetización financiera está siendo probada y ya se muestran los frutos del trabajo, pues las mujeres capacitadas han entendido el ahorro como una forma de vida. Con ello, es importante el impulso de esta nueva alternativa para que las familias pobres y pobres extremas sean partícipes de su propio desarrollo y protagonistas de la superación y empoderamiento de sus comunidades.